jueves, 3 de septiembre de 2015

Gran Lluvia...

  Cada año olvidamos que llueve  fuerte en la ciudad.


      Cuando cada año termina temporada de lluvias, y al paso de las tardes secas en la cuidad, pareciera que nunca cayó ni media gota de agua.
        
         Al paso de estos días secos, con el caer de las hojas de los arboles, comienza el otoño. Luego y sin darnos cuenta llega el fin de año. Con sus festejos y buenos deseos llegan y se van los  primeros meses. Sin ver ni como ni donde, la Semana Santa asoma su frente por la ventana, con sus buenas y bien merecidas vacaciones después de 3 meses de arduo trabajo sin descanso. Con la llegada del verano  y esas tan esperadas vacaciones "grandes" comienzan algunas nubes a ponerse grises, amenazando con llover uno que otro día.
      
        Con el verano poco antes de despedirse cae la primera tromba. !Ahí nos volvemos locos! ese momento en que el cielo se pone mas gris que antes y las gotas que caen del cielo se tornan mas gruesas y constantes, provocan que los limpiadores del parabrisas trabajen a marchas forzadas, quemando todas esas calorías que guardaron durante esos meses secos, que solo se le solicitó cuando el polvo no permitía visión. Será que los conductores nos trastornamos el ver ese movimiento veloz? convirtiéndonos en una especia de "zombie" que no se mueve ni para atrás ni para adelante, y eso ni hablas de un lado a otro.  O simplemente nos asusta caer tanta agua junta que sentimos que el coche en cualquier momento comenzará a flotar.

       No se si les pasa, pero a mi cada año igual. Una lluvia fuerte, al menos la primera donde las calles y avenidas  dejan de serlo, se convierten en gigantes estacionamientos, solo que con los coches encendidos y los conductores adentro sin desear estar ahí. 

       Lo único bueno es que al paso de las tardes lluviosas, vamos aprendiendo y mejorando tomando precauciones, para olvidar todo y el siguiente año volver a empezar...

   

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